La Desamada

¡¡¡Hola a todos¡¡¡
Esta será la primera entrada desde que rebasé o mejor dicho, rebasasteis las 2000 visitas. WEiiiii¡¡¡ puede sonar penoso , sobre todo viendo esos blog que tiene 200 o 300 visitas diarias, pero para mi, con mis modestas aspiraciones es todo un logro y soy feliz, feliz, feliz, como una perdiz ;) Y para celebrarlo musiquita para el blog, disfrutadla.

Por otro lado… ¡¡¡empiezo las vacaciones¡¡¡, y como no hago proyectos de año nuevo , los hago ahora. Y así , de buenas a primeras creo que me voy a lanzar con una serie de entradas de carácter histórico a las que les llevo dando vueltas. Nada del otro mundo, solo un capazo llenito hasta el borde de cotilleos, secretillos más o menos vergonzosos y un buen puñado de trapos sucios y curiosidades. Es decir las cosas que realmente interesan, que nos conocemos, ¿sí hay que elegir entre la evolución económica en el siglo XIV y las “conquistas” de Enrique VIII con que os quedáis?
Pues eso mismo pienso yo, que somos un puñado de marujas cotillas, jejeje.

De momento hablemos de Reinas, en Concreto de Doña Juana de Castro, la Reina más breve de Castilla. Su reinado breve, brevísimo, esta marcado por el sexo y la lujuria, la obsesión, el despecho de un hombre, todas esas cosas que suenan tan bien en el trailer de las películas.

Un hombre joven, dicen que muy guapo y que a diferencia de otros nobles no se dedicaba a los excesos en el comer y el beber, aunque no era tan frugal en la alcoba y manifestaba verdadero entusiasmo por la caza, la cetrería, la artes bélicas y la guerra, donde volcó toda su ambición y crueldad, que no eran pocas. Se le conoce con el nombre de Pedro I de Castilla, el Cruel.

Pedro estaba casado con Blanca de Borbón, la cual le aseguraba una alianza con Francia en un momento político muy delicado ya que sus medios hermanos reclamaban el trono de Castilla. También tenia una amante reconocida María de Padilla con la cual tenia una hija.

Pero cuando se le cruzo por delante la bellísima Juana de Castro, a Pedro se le fue toda la sangre al… “corazón”. Insistió repetidamente para que la Dama le concediera sus favores, pero esta se negó con la misma vehemencia con la que él insistía. Finalmente el Rey repudio a su esposa francesa y obligo a los obispos de Ávila y Salamanca a declarar nulo su primer matrimonio. Y así en la primavera de 1354 la pareja se caso en Segovia.

No se sabe que expectativas llevaba el Rey con respecto a su noche de bodas, ni que sucedió una vez se cerraron las puertas de la cámara real. Lo cierto es que no debió de salir muy “satisfecho” de la larga noche que pasaron juntos por que a la mañana siguiente el Rey declaró que no quería volver a saber nada de su mujer y la abandonó a su suerte.

Nunca volvió a verla aunque se encargó de dotarla del Señorío de Dueñas y nombró al hijo fruto de su brevísima relación, (como ya he dicho al Rey le gustaba la caza y tenia muy buena puntería) Don Juan de Castilla y Castro heredero de la corona en caso de fallecimiento de los hijos que tuvo con su amante María Padilla.

Com la gente es cómo es a Juana apronto comenzaron a llamarla la Desamada, aunque ella se consideró durante el resto de su vida Reina de Castilla, sin serlo, ya que al igual que su antecesora fue repudiada.

Esta es básicamente la historia del reinado de la Reina más breve de Castilla, que duró apenas una pocas horas. Horas en las que igual uno no pudo “coger” todo lo que quería, o lo que le ofrecían.

Moraleja: La expectativa de un buen polvo puede llevarte al Poder, un mal polvo te lo puede quitar.

Hasta Pronto.