sábado, 11 de octubre de 2008

El Cid




N: Madrugaba Don Rodrigo,
la mañana de San Juan,
Don Rodrigo Rodriguete,
de los Diaz de Vivar.
Se ha puesto coraza y almete,
mil hombres con él ván,
a buscar al moro a Caudete,
"pa jartarse" de matar.
En un cruce del camino,
se para para otear;
justo detrás de un pino;
lo que quería era orinar....
Babieca es su rocín
y Tizona su puñal,
le llaman todos Cid
pero eso ahora nos da igual....
...Pues bien.
Por fín llega el encuentro,
los guerreros se preparan;
a ver, el caballo, el peto,
los Klinex, la espada...
Ya todas las huestes se forman
enredor de su señor,
que quiere hablarles de gloria,
de la fé y del honor......
Escuchad gentes de bien
de lo que he sido testigo.
A ver si me sale bien
la voz de Don Rodrigo.

D.R.: (En falsete) ¡Castellanos, castellanoooooos!

N: No, no hablaba así porque fuera un mariposón,
eso es bien conocido;
pero diez días a caballo, con el calor,
le dejan a uno escocido....

D.R.: ¡Castellanos!.....
Yo soy vuestro señor.
Voy a hablaros de la gloria,
de la fé, del honor.
Voy a hablaros de esas cosas
que ha dicho el narrador....
Quiero que seáis leones
en la lucha contra el infiel.
A "patás" en los .............
si no se dejan vencer.
Y matad fuerte y con ganas,
no se diga después,
que en toda Castilla la llana,
no hay gracia como en Jérez.
Luchad, luchad con boato,
que en vuestros aceros hay brillo.
Ahora voy yo, dentro de un rato,
cuando me acabe el carajillo.
Seguid siempre recto.
Seguid recto y "palante".
Allí encontraréis la gloria y todo eso,
vamos, lo que he dicho antes.
Id hijos míos a luchar,
sin bromitas y sin chistes
y ojito con hablar,
no me toquéis las narices....

N: Y se fueron, hala, a reñir,
por aquellos campos angostos,
con unos calores de abril,
que parecían del mes de agosto.
Los moros están en la era,
montados, bien aguerridos;
vestidos de oro y de seda,
que chulos van los "joíos".
Y entre las huestes cristianas,
se escuchó moroso un grito,
bajo el casco, la cota y las lanas,
"¡qué chulos y qué fresquitos!"...
Rodrigo que ha entrado en batalla
y que tiene muy buen oído,
dice blandiendo la espada:

D.R.: ¡Qué me apunten a ese cretino!.

N: Y pin pan y pin pan...
...allí sobran redaños.
Con tantos golpes como se dan,
al final van a hacerse daño.
Don Rodrigo es una fiera,
venga a matar y matar,
porque con él nunca fuera
eso del amor y la paz.
Pero, ay del sino mortal,
que teje cruel las derrotas.
La guerra es para mear,
para mear y no echar ni gota.
Don Rodrigo es ardiente
con la Tizona en la mano.
Don Rodrigo es valiente
y sabe que matar es muy sano.
Mandoble por aquí,
mandoble por allá...
¡Paf!. Siente un golpe en el almete.
Se vuelve y mata a otro moro
y con el esfuerzo, prrot!..se le escapa un pedete.

D.R.: ¡Oh destino fatal
que hieres el alma mía!
¡Oh vergüenza de un feudal!
¡Qué ninguno se ría!....

N: Todos los hombres por decoro,
han parado la matanza,
y son primero los moros
los que se ponen de chanza.
Pero ¡Oh mal haya buen hermano,
que la juerga es contagiosa!
y al sumarse los cristianos,
la burla resultó enojosa.

D.R.: ¡Pero bueno!

N: Gritaba Don Rodrigo.

D.R.: ¡Encima con regodeo!
¡Ésto señores me digo,
es la guerra o un cachondeo!

R.M.: ¡Por Alá!

N: Inquirió el rey pagano
tapándose con la camisa.

R.M.: ¡Matadme a ese cristiano!..

E: ¡No, no, que nos entra la risa!

D.R.: ¡Luchad conmigo bellacos!

N: Clamaba Rodrigo en la era.

D.R.: ¡No presumáis de recato!
¡Ésto le pasa a cualquiera!

N: Y ja ja y ja ja
y venga a reír y reír.
Allí ya no hay cristianos ni moros,
todos se burlan del Cid.

R.M.: ¡Ole y ole!, ¡vaya guasa!

N: Repetía el gran califa.

R.M.: Ésto es lo que me gusta de España.
Dejemos a ese tío paliza,
¡os invito a "tos" a una caña!

N: Queda solo Don Rodrigo,
venga a sufrir y sufrir.
Arrugadito como un higo,
pálido como el marfil.
Y aquel gran hombre perdió la vida,
por un paro del corazón,
porque podía aguantar las heridas,
pero no la humillación.

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